Recuerdos de la oftalmología

Tengo una enfermedad hereditaria, y ya de niño perdí por completo la visión de un ojo. Al no usar ese ojo, desarrollé estrabismo y tuve que operarme. He ido al oftalmólogo regularmente todos los años, así que tengo muchos recuerdos relacionados con ello. En una clínica que solía visitar cuando era pequeño, había una consola para que los niños jugaran. Ese juego me parecía tan divertido que aún hoy me entra una sensación rara pero agradable al recordarlo. En otra clínica, había una máquina expendedora que soltaba globos llenos de helio. Sacaba uno, inhalaba el gas y me divertía escuchando mi voz cambiar.

A diferencia de otras especialidades, en oftalmología casi nunca ponen inyecciones y, salvo que sea cirugía, no hacen tratamientos dolorosos como en odontología, así que no es fácil tener malos recuerdos. Pero hay una sola, ¡solo una! experiencia desagradable que tengo de la oftalmología: la prueba de campo visual.

El miedo a la prueba de campo visual

Como muchos sabrán, en esta prueba colocas la barbilla en un soporte, te dan un botón en la mano y, con la vista fija en un punto central, debes presionar cuando veas una luz. Esto se llama prueba de Goldmann. Tenemos la visión central y la visión periférica. Esta última es curiosa: está ahí, pero no la percibes claramente. ¿Quién lee un libro con la visión periférica? Basta distraerse un poco para que deje de ser consciente. Supongo que de niño, durante la prueba, me pasaba eso.

Yo era sincero: si veía la luz, presionaba; si no, no. Pero el médico, delante de mí, se molestó un poco: "¡Oye, por qué a veces presionas y otras no en el mismo lugar!". No me lo dijo directamente, más bien fue un murmullo, pero yo vi su reacción y quedó grabada como una especie de trauma. Desde entonces, cada vez que hacía la prueba me ponía nervioso.

Por qué decidí crear una app de prueba de campo visual

Más de 20 años después, recientemente tuve que hacerme otra prueba de campo visual. Seguía poniéndome nervioso, pero noté cambios. Tal vez por el avance de la enfermedad, no presioné ni una sola vez. Puede que fuera porque me la hicieron sin gafas, o porque, aunque percibía algo con la visión periférica, fui demasiado cauteloso, dudé y no llegué a presionar. También puede que el punto de luz fuera demasiado pequeño para aparecer en las zonas dañadas de mi campo visual.

Entonces me di cuenta: las pruebas de campo visual en el hospital ya no me sirven de mucho. Así que creé mi propia app para hacerlo de forma sencilla. Como paciente con una enfermedad progresiva que sigue perdiendo campo visual, siento la necesidad de saber cuánto puedo ver y qué zonas han empeorado respecto a antes. Antes solía usar un método casero: abría un programa de dibujo, ponía un punto central y movía el ratón al azar alrededor, haciendo clic donde lo percibía. Pero era tan tedioso que dejé de hacerlo.

Basándome en mi experiencia y mi intuición, creé una app de prueba de campo visual. Más tarde, leyendo un libro de oftalmo-optometría, descubrí que lo que hice era básicamente una "prueba de campo visual dinámica". En mi app, el punto se mueve y, cuando lo ves, presionas un botón para registrar la posición. Las posiciones que no presionas también quedan marcadas. Me pareció bastante útil, así que lo comparto aquí. Haz clic aquí o busca en el menú de mi blog la sección "Pruebas gratuitas en línea".

Si quieres seguir la evolución de tu campo visual, haz siempre la prueba en las mismas condiciones. Por ejemplo, no la hagas una vez muy cerca de la pantalla y otra vez muy lejos. Seguiré creando y publicando apps que considere útiles.